domingo, 10 de julio de 2011

¿Hemos materializado la maternidad?

Hace unos días leí que, en nuestro país, está descendiendo el índice de natalidad cada año desde que comenzó la crisis. En la actualidad tenemos el número de nacimientos más bajo de Europa y uno de los más bajos del Mundo. Y no es de extrañar teniendo en cuenta los niveles de desempleo que hay, con un 20% a a nivel nacional o un 30% en Andalucía.
Tengo amigos que desean tener hijos y no pueden porque están en situación de desempleo. Yo misma, sin trabajo y sin perspectivas, desconozco si podré tener más hijos.
Últimamente he estado pensando en este tema y en como ha cambiado nuestra sociedad en apenas 40 ó 50 años, en cómo mi abuelos tuvieron 6 hijos con un sueldo, en lo felices que eran las reuniones en una gran familia, en que mis padres no tuvieron tantos juguetes como yo pero jugaban sin peligro en las calles...
También he recordado lo mal que lo pasé cuando me despidieron estando embarazada, aunque era un bebé buscado y muy deseado. Lo triste es que lo que me aterraba era no tener dinero para criarla, pero ¿hace falta mucho dinero para tener hijos? ¿Hemos convertido la maternidad en algo material y a nuestros hijos en muñecos con complementos y accesorios? ¿Tan importante es el dinero?
¡Desde luego que sí...y que no!
Por supuesto que hace falta dinero para pagar la vivienda, las facturas, comprar ropa y comida, pero no hace falta para nada más. Mi hija de 7 meses no necesita 15 vestidos, más mil camisetas, pantalones o camisas. No necesita 12 peluches, 6 libros, 23 juguetes, 3 mantitas de juego y 2 gimnasios de actividades. Dejará casi nuevos el capazo, la cuna, el carro, la silla de paseo para los viajes, la hamaca... Soy culpable de la mayoría de esas compras pero, ahora que lo veo con claridad, lo que ella prefiere de verdad es que juguemos a tirarnos peditos con la boca, se ríe muchísimo cuando me como sus pies o su barriguita, se le ilumina la cara cada vez que está con su padre, le encanta que le cante canciones, se vuelve loquita con Charlie, nuestro perro y seguramente no le importaría nada heredar la ropa si tuviese hermanos con los que jugar.
Teniendo dinero para lo fundamental no hace falta más para ser feliz y deberíamos pensar en las cosas realmente importantes, que no se compran con dinero...


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